Para el año 1776 la emperatriz Catalina II, le otorga un permiso al noble Piotr Urusov, para construir y fundar una compañía teatral sobre un edificio de la calle Petrovka, Moscú. Inicialmente el teatro llevaría por nombre Petrovski, en cuya faena de construcción también participó el empresario Británico Michael Maddox. Esta sede se mantuvo hasta el incendio que destruyó el edificio en 1805 y por lo tanto se funda una nueva sede en la plaza Arbatskaya.
El edificio actual, construido en 1825 sobre los restos del Petrovski y diseñado por el arquitecto Osip Bové, es sin lugar a duda, el teatro después de La Scala, mayor de Europa.
Tanto en Moscú como en San Petersburgo, los teatros eran de propiedad imperial y eran dedicados a la ópera y el ballet, incluso otros a las comedias y tragedias.
El Bolshói fue inaugurado con la representación del Ballet del español Fernando Sol en la actuación de la Cenicienta. Por desgracia, un nuevo incendio destruyó el teatro dejando solo las paredes exteriores y las columnas de la entrada. Este último fuego se produjo en 1853 y causó grandes daños. El arquitecto italiano Alberto Cavos (hijo de un compositor de ballet, muy conocido en Rusia, Catterino Cavos) llevó a cabo la reconstrucción, que culminó con la reapertura unos tres años más tarde.
En el Bolshói se comenzaron a celebrar los congresos del Partido Comunista, el cual en varios de los discursos intervino Vladimir Lenin. De esta manera en 1922 el teatro fue testigo de la fundación de la Unión Soviética y rebautizado como Teatro Estatal Académico Bolshói, tras la revolución rusa.
En octubre de 1941 un bombardero alemán derrumbó una pared lateral del edificio debido a una bomba lanzada, pero los daños no fueron grandes. Algunas de las esculturas de las musas instaladas en los nichos de las paredes exteriores se rompieron. Ahora las inspiradoras de las artes vuelven a reposar en sus lugares habituales.
Desde entonces el Teatro ha sido reformado y rehabilitado en numerosas ocasiones. Entre julio de 2005 y octubre de 2011 se llevó a cabo la reforma más grande de toda su historia, totalmente financiada por el Gobierno Ruso.
Durante la reconstrucción, la actividad de la compañía del Bolshoi continuó en el nuevo escenario, habilitado en un edificio aledaño o en el teatro del Palacio del Kremlin, pero siempre de pie a pesar de las varias destrucciones a causa del incendio por el que ha pasado.
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